EL DISCURSO FEMINISTA
El sentimiento impera sobre la razón ... es lo que vemos en cada manifestación feminista, donde se concentran decenas de jóvenes, que con gritos y pancartas expresan su descontento por las consecuencias que implica pertenecer al "sexo oprimido".
Tratando de justificar su discurso, quizá haya un corazón dañado que trata de hacer justicia a sus trágicas experiencias vividas, o una idealista que, casada con esta ideología, quiere dejar huella, o aquélla, que por un sentimiento de hermandad, considera que debe de levantar la voz.
En cualquiera de los tres casos, el engaño es sin duda alguna la constante. El sentimiento de estas jóvenes es utilizado para que ellas acepten lo inaceptable: el odio contra el hombre y contra la heterosexualidad, por lo tanto, el odio hacia la institución de la familia y hacia la Iglesia Católica que la promueve.
Por eso, es importante profundizar y no dejarse llevar por su narrativa, porque la realidad es incambiable. Dejando de lado la ideología, si lo analizamos desde el sentido común, nada de lo que dicen o hacen dignifica a la mujer, al contrario, la denigra. Si lo analizamos desde el enfoque científico, su discurso no tiene fundamentos. Si lo analizamos desde una visión sobrenatural, este movimiento haría mejores personas a las que están en él y la realidad, es todo lo contrario.
Cualquier persona con sentido común puede ver con claridad que su discurso es absurdo: "Resaltar la supremacía del hombre, haciéndole ver como un opresor"; ésta es su máxima premisa. Creyendo esto, las pobres adoctrinadas, tienen metida en la mente su condición de inferioridad, que sólo por el hecho de ser mujer son vulnerables a los feminicidios, a la brecha salarial y a la injusta repartición del poder, y, sobre todo, que es oprimida por no tener libre disposición de su cuerpo. Por lo tanto, al ser oprimidas, tienen que empoderarse y el medio es el feminismo.
Ante estas ideas que las mueve a pertenecer a este movimiento de "igualdad social", podemos discernir que:
Hemos sido creados con la misma capacidad biológica, intelectual, psicológica y espiritual que el varón, pero el rol que desempeña el hombre y la mujer en la sociedad es complementario. Mientras que el hombre es el que da el impulso a la vida, la mujer es la generadora; mientras que el hombre es más lógico y analítico, la mujer es intuitiva, se va los detalles y a la emotividad; mientras que el hombre es el principal proveedor, la mujer es la principal formadora en la familia. La mujer como el hombre en el matrimonio ponen en práctica las virtudes y valores propios, por lo tanto, hace que ambos sean mejores personas y se enriquezcan mutuamente.
¿En dónde vemos que hay una rivalidad u opresión por parte del hombre hacia la mujer?
Más grave es, cuando se etiqueta a todo hombre como un violador constante, argumentando que el medio de opresión es la práctica heterosexual. Por lo tanto, con el rencor ya sembrado en su corazón, y la confusión optan por realizar otro tipo de prácticas sexuales para "liberarse", cayendo en la esclavitud de la carne, o bien, ser heterosexuales, pero sin vínculos afectivos y relaciones estables, es decir, ven a la sexualidad como un entretenimiento y dejan de lado lo trascendental y el matrimonio como medio de santificación al procrear nuevos seres y al mitigar la concupiscencia.
Y lo peor es cuando atentan contra lo más preciado que tiene el ser humano ... la vida ... argumentando que, al ser dueñas de sus cuerpos, tienen la capacidad de decidir abortar. Tomando uno de sus principales argumentos para justificar este homicidio, podemos fundamentar científicamente que, cada uno de los seres que habitamos en la tierra, estamos conformados por un "montón de células" (como ella describen al no nacido) desde los que están en gestación hasta los que ya estamos deambulando por este mundo. Dicho esto, la dignidad y derechos deberían de ser los mismos. ¿Dónde queda la igualdad en este argumento? Ante la ignorancia, solo queda decir: ¡Más biología y menos ideología!
¿Y que decir de los feminicidios? Este aspecto es utilizado para provocar un rencor generalizado en la sociedad contra los varones, como si ellos, no se vieran afectados por la inseguridad y no fueran objeto de homicidio ¿Por qué no llamar de la misma manera a un asesinato de un hombre y una mujer? (la semántica, juega un papel importante) ¿Qué no es lo mismo?, los dos homicidios son igual de injustos y reprochables.
Ante todos estos argumentos y otros tantos, de los cuales no hice mención, podemos ver tristemente que las más afectadas son las pertenecientes a este movimiento, porque les oscurece la visión y el sentido crítico, tomando como una verdad absoluta lo que ellas promueven y dejando como una verdad relativa, lo que es real y comprobable.
Y por eso, vemos lo que vemos en las marchas: violencia, odio e incoherencia.
Ante esta realidad donde se ven involucradas nuestras amigas, nuestras hijas, nuestras hermanas, nuestras alumnas, es preciso, defender la Verdad para darles luz a su ceguedad.