CRISTO ES LA ÚNICA ESPERANZA

13.12.2022

Al paso de los años vamos advirtiendo que no son pocas las dificultades de la vida (los problemas económicos, las deudas, la desorientación de los hijos, la inestabilidad de los esposos, las enfermedades, las dolorosas y repentinas pérdidas de los seres queridos), y a veces tememos no poder con el peso de la carga... ¡y sobre todo cuando se juntan varias!

Estas circunstancias adversas llegan a afectarnos tanto, que el propio cuerpo lo resiente y también el alma, cuando sentimos estar perdiendo el rumbo de nuestra vida, cuando la confusión y el desaliento se apoderan de nosotros.

Amigo, amiga, en medio de esta tribulación, que todos padecemos, quiero decirte que existe la esperanza de remediar lo que te aflige, de la manera más efectiva. Porque hay que reconocer que hay situaciones que nos rebasan y la solución no está en nuestras manos.

Lo que mejor podemos hacer es buscar dónde se encuentra esa solución, quién sí la tiene, quién sí puede; ese alguien que, por encima de lo humano, sí sabe cómo solucionar las cosas y, además, lo puede y lo quiere hacer.

Ese ser es Dios... Inteligentísimo, Bondadosísimo, Todopoderoso.

¿No sabes qué más hacer?... Él te iluminará; ¿no tienes fuerza para seguir?... Él te fortalecerá; ¿no encuentras consuelo en nada?... Él te confortará; ¿no tienes salud?... Él te la puede recobrar; ¿no sabes cómo dejar el pecado?... Él te orientará; ¿te sientes solo?... Él será tu fiel amigo; ¿te sientes débil para vencer alguna tentación?... Él te ayudará a retirarte de la ocasión; ¿se te ha acabado la paciencia?... Él te la prolongará; ¿has dejado de creer en Él?... Él mismo aumentará tu fe; ¿ya no amas igual a quien deberías?... Él te brindará el calor de los afectos...

La Navidad verdadera, la cristiana, es de las mejores ocasiones del año, en que aún sin tú proponértelo, aún sin tu invitarlo, es ese Dios quien viene a ti, que se invita solo para quedarse en tu hogar, en tu corazón.

Él viene a ti de la manera más dulce y tierna, del modo que ningún humano que se precie de serlo, lo rechazaría: en forma de un bebé encantador que en vez de exigirte algo -sólo

te pide tu corazón-, viene a darte todo lo que ocupas, a ayudarte en tus problemas y carencias, a devolverte la luz que no encontrabas y la vida sobrenatural que quizá perdiste hace tiempo... Convéncete...

¡CRISTO ES LA ÚNICA ESPERANZA!

Esperar es creer y confiar, y confiar es estar seguro que Él quiere ayudarte y que lo hará, según convenga a la salvación de tu alma.

Recuerda las sublimes palabras del Apóstol San Juan, cuando habla del Hijo de Dios, del Verbo:

En Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz luce en las tinieblas... La verdadera luz, la que alumbra a todo hombre, venía a este mundo... a todos los que lo recibieron, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios: a los que creen en su Nombre.

(Juan, I, 4-12).