Buscan hacer obligatoria asignatura con tintes "woke" en Polonia

04.09.2025

La ministra de Educación del gobierno polaco, Barbara Nowacka, ha asegurado que los padres «quieren» una única clase semanal de religión y ha dejado abierta la posibilidad de que la nueva «educación para la salud» pase a ser asignatura obligatoria el próximo curso, tras evaluar su implantación inicial. En paralelo, el episcopado ha renovado su llamamiento a las familias a renunciar a estas clases.

 (InfoCatólica) La ministra intervino el 3 de septiembre en RMF FM. Sobre las tareas escolares, defendió el marco vigente en primaria y rechazó «volver al estado de locura» anterior. «Los niños se sentaban 4–5 horas a hacer deberes» sostuvo, precisando que la decisión sobre eventuales ajustes se tomará tras los estudios que concluirán a finales de septiembre.

En materia de religión, Nowacka ratificó que habrá una sola hora semanal y que se programará al inicio o al final de la jornada. «Habrá una clase de religión por una razón muy obvia: los padres lo quieren», afirmó.

Respecto a la educación para la salud, la ministra explicó que este curso es voluntaria y que el Gobierno analizará su funcionamiento antes de decidir si será obligatoria el próximo año. «De verdad intento tomarlo con calma y veremos cuáles son los efectos y las evaluaciones de quienes asisten a estas clases», señaló.

La semana estuvo marcada por reacciones. La Conferencia Episcopal de Polonia publicó un llamamiento a los padres para que no autoricen la asistencia de sus hijos a la educación para la salud y recordó que, si no se presenta renuncia, el alumno queda inscrito automáticamente.

El Prezydium del episcopado publicó en mayor una carta sobre el nuevo plan que ha vuelto a ser difundida en las parroquias en este comienzo de curso.

El texto sostiene que, bajo el foco de la salud, la asignatura incorpora «en gran parte contenidos de salud sexual» y que presenta la sexualidad «al margen del matrimonio y la familia». Asegura que el matrimonio «apenas aparece» y que la familia entendida como padre, madre e hijos queda «marginalizada».

El documento afirma que la asignatura introduce en la escuela «una concepción de género de la sexualidad» y menciona referencias a «identidad de género» y a «cuestiones jurídicas y sociales de los grupos LGBTQ+». Según el Prezydium, este enfoque «no ayuda a aceptar la propia condición biológica».

En el plano jurídico, la carta considera que la visión de la sexualidad y la identidad presente en la materia «no se ajusta al sistema legal polaco», cita la protección constitucional del matrimonio y la familia, y sostiene que la nueva asignatura «vulnera» esas referencias. También vincula este diagnóstico con «la limitación de las clases de religión en la escuela».

El llamamiento central se dirige a las familias: pide que no autoricen la participación de sus hijos en estas clases. La misiva incluye la frase: «No debéis consentir la depredación sistemática de vuestros hijos… apelamos a que no deis vuestro consentimiento».

Las familias disponen de plazo hasta el 25 de septiembre para renunciar por escrito a la educación para la salud si no desean que sus hijos participen. La asignatura se imparte en primaria y secundaria, con contenidos sobre salud física y mental, relaciones y seguridad digital.