
Buscan hacer obligatoria asignatura con tintes "woke" en Polonia

La ministra de Educación del gobierno polaco, Barbara Nowacka, ha asegurado que los padres «quieren» una única clase semanal de religión y ha dejado abierta la posibilidad de que la nueva «educación para la salud» pase a ser asignatura obligatoria el próximo curso, tras evaluar su implantación inicial. En paralelo, el episcopado ha renovado su llamamiento a las familias a renunciar a estas clases.
(InfoCatólica) La ministra intervino el 3 de septiembre en RMF FM. Sobre las tareas escolares, defendió el marco vigente en primaria y rechazó «volver al estado de locura» anterior. «Los niños se sentaban 4–5 horas a hacer deberes» sostuvo, precisando que la decisión sobre eventuales ajustes se tomará tras los estudios que concluirán a finales de septiembre.
En materia de religión, Nowacka ratificó que habrá una sola hora semanal y que se programará al inicio o al final de la jornada. «Habrá una clase de religión por una razón muy obvia: los padres lo quieren», afirmó.
Respecto a la educación para la salud, la ministra explicó que este curso es voluntaria y que el Gobierno analizará su funcionamiento antes de decidir si será obligatoria el próximo año. «De verdad intento tomarlo con calma y veremos cuáles son los efectos y las evaluaciones de quienes asisten a estas clases», señaló.
La semana estuvo marcada por reacciones. La Conferencia Episcopal de Polonia publicó un llamamiento a los padres para que no autoricen la asistencia de sus hijos a la educación para la salud y recordó que, si no se presenta renuncia, el alumno queda inscrito automáticamente.
El Prezydium del episcopado publicó en mayor una carta sobre el nuevo plan que ha vuelto a ser difundida en las parroquias en este comienzo de curso.
El texto sostiene que, bajo el foco de la salud, la asignatura incorpora «en gran parte contenidos de salud sexual» y que presenta la sexualidad «al margen del matrimonio y la familia». Asegura que el matrimonio «apenas aparece» y que la familia entendida como padre, madre e hijos queda «marginalizada».
El documento afirma que la asignatura introduce en la escuela «una concepción de género de la sexualidad» y menciona referencias a «identidad de género» y a «cuestiones jurídicas y sociales de los grupos LGBTQ+». Según el Prezydium, este enfoque «no ayuda a aceptar la propia condición biológica».
En el plano jurídico, la carta considera que la visión de la sexualidad y la identidad presente en la materia «no se ajusta al sistema legal polaco», cita la protección constitucional del matrimonio y la familia, y sostiene que la nueva asignatura «vulnera» esas referencias. También vincula este diagnóstico con «la limitación de las clases de religión en la escuela».
El llamamiento central se dirige a las familias: pide que no autoricen la participación de sus hijos en estas clases. La misiva incluye la frase: «No debéis consentir la depredación sistemática de vuestros hijos… apelamos a que no deis vuestro consentimiento».
Las familias disponen de plazo hasta el 25 de septiembre para renunciar por escrito a la educación para la salud si no desean que sus hijos participen. La asignatura se imparte en primaria y secundaria, con contenidos sobre salud física y mental, relaciones y seguridad digital.