¡ALERTA TAMBIÉN PARA LA EDUCACIÓN PRIVADA!
Hace días denunciábamos el lamentable sometimiento de la "Nueva Escuela Mexicana" a los planes globales sobre la Educación, prácticamente impuestos por la ONU, la UNESCO, la OMS, etc. para que los ejecuten todos los Estados del planeta, incluyendo al Estado del Vaticano. Así las cosas, los representantes de la Iglesia Católica también firmaron el "Pacto Educativo Global". Esto lo decimos llenos de confusión y con la mayor objetividad posible, pero con la tranquilidad de que la doctrina católica, a pesar de frecuentes heterodoxias de algunos, no sufrirá daño por la promesa de N. S. Jesucristo, aunque no podemos decir lo mismo de quienes han condescendido gravemente con la politiquería anticristiana. Justamente de eso nos proponemos hablar hoy, sobre acuerdos de funestas consecuencias, pues muchos sinceros creyentes se van con la finta de que dichos acuerdos son recomendables por el simple hecho de haber sido firmados por personas con autoridad.
Recientemente, medios de comunicación eclesiásticos han exhortado a los fieles a colaborar con el Pacto Educativo Global, firmado en 2019. Como ahora no podemos explayarnos, nos permitimos dejar, para reflexión de nuestro amable lector, las ideas principales del texto oficial, por cierto, presentadas muy insistentemente, como para que las sembremos muy bien en la cabeza.
Sobre las Vías de la "nueva educación global" están: "poner a la persona en el centro, escuchar a las jóvenes generaciones, promover a la mujer, responsabilizar a la familia, abrirse a la acogida, renovar la economía y la política y cuidar la casa común".
Las características de esa educación son que: sea "abierta e incluyente, comparta la diversidad, igualitaria, rechace la cultura del descarte, sea intercultural e interreligiosa, en la que la escuela se adapte a los alumnos, que luche contra el individualismo y la opresión, que hable el lenguaje de la fraternidad, promueva la ecología y la cultura del encuentro, de la proximidad, de la cercanía, y la "revolución de la ternura…con el rostro del otro… con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo", etc., etc., etc.
Todo esto suena muy bonito, cálido y esperanzador, ¿no?... Pero si no hubiéramos leído desde hace algunas décadas, hasta el cansancio, las mismas ideas y clichés, en todo tipo de documentos políticos, religiosos, educativos o sociales, no captaríamos el trasfondo de los planes globalistas. Para los enterados en estos temas, nos resulta evidente, sin lugar a dudas, de que hay un solo consejo, comité u organismo, y una sola pluma, que se dedicó a escribir el MISMO PLAN PARA EDUCAR A LA NIÑEZ Y JUVENTUD DEL SIGLO XXI. Según este plan, ¿cuál sería el perfil del egresado?... Que el joven sea: incluyente (acepte todo y a todos, por inmoral que sea); que acepte la diversidad (sin importar su "identidad sexual"); que vaya contra la "cultura del descarte" (sin discriminar a nada ni nadie; que promueva la "cultura del encuentro" (para estar muy cerquita del otro); que vivan con "equidad de género" (para que la mujer se olvide de la maternidad); que sea comunitario (en servicio del otro, del prójimo), etc.
Por si fuera poco, en este documento de 34 páginas, auspiciado por eclesiásticos, apenas aparecen, acaso tres veces, algunas brevísimas palabras religiosas. Entonces ¿se trata de un documento sobre educación cristiana o sobre educación pagana?...
Para próximos artículos, analizaremos el objetivo final del "Pacto Educativo Global", que consiste en alcanzar la "fraternidad universal", literalmente lo mismo que busca la Masonería internacional desde hace siglos. Estas afirmaciones no son ideas tontamente llamadas "conspiranoicas", ni son interpretaciones; tal cual aparecen en el documento aludido, mismo que fácilmente te lo proporciona algún buscador digital.
Ojalá que todos los que colaboran en la educación privada, conocieron con detalle estos programas educativos de avanzada, antes de participar en esta triste complicidad.