ALEGRATE MÉXICO, QUE SUERTE TENEMOS

29.06.2020

¡ALÉGRATE MÉXICO! ¡QUÉ SUERTE TENEMOS!

Por: Cristóbal Ortega

Un pueblo molesto, irritado, asqueado por la corrupción de su clase política busca con desesperación poner un alto a tanto latrocinio, deshacerse de esos malvivientes metidos a "servidores del pueblo" y busca, sobre todo, que se haga justicia, que no haya impunidad, que se aplique la ley; así, lisa y llanamente, que los que buscan hacer fortuna por medio del servicio público desistan y se dediquen a otra actividad, y hacer real la premisa de cada campaña política: "el servidor público debe saber que vivirá en una modesta medianía".

La corrupción del sexenio anterior fue tal que el pueblo votó en julio del 2018 por un deseo de castigar, de venganza hacia los priístas y hubo quien supo acaparar esos votos de grandes sectores de la población, con ayuda de por medio, y logró imponerse con una mayoría considerable de votos. Sin embargo, hay que dejar bien claro que MORENA recibió 30 millones de votos de un padrón de 89 millones, en números redondos, por lo que dos terceras partes de mexicanos con derecho a voto, eligió a otro candidato o se abstuvo de votar.

Lo anterior lo consideramos de suma importancia dado que los morenistas y el mismísimo presidente lo remarca cada vez que quiere legitimar las medidas de hacer y deshacer, legal o ilegalmente, de convocar a consultas populares que le den el aval para hacer atrocidades -como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, cancelar permisos legalmente adquiridos de empresas que vienen a invertir en nuestro país- y todo, gracias a la legitimidad alardeada que le dio la arrolladora votación de 2018, con 30 millones de votos a favor pero hubo 59 millones de mexicanos que no lo votaron.

Lo que muchos analistas políticos serios venían diciendo desde 2006, por lo menos, es que Andrés López Obrador era un peligro para México. Tristemente tenían toda la razón. Cada mañanera le oímos decir barbaridades, dividiendo al pueblo -fifís y conservadores por un lado y el pueblo bueno y sabio por el otro- atacando las instituciones -que son el contrapeso del Poder Ejecutivo y que existen gracias a una lucha de verdaderos demócratas-. Igual ataca a organismos descentralizados autónomos que le resultan incómodos pues, por ley, pueden y deben actuar independientes del poder ejecutivo. ¿Recuerdan aquella frase de "al diablo con sus instituciones"? Ahora toma mucho sentido y no podemos quejarnos que nos sorprendió, de que no sabíamos de su personalidad taimada, rencorosa y vengativa. Lamentablemente, prestamos oídos sordos a los que nos lo advertían.

El señor Presidente se ha auto asignado una misión tal que trasciende cualquier mundanal tarea de servir al pueblo de México. No le satisface servir con honradez y eficacia, él ya se auto asignó un lugar al lado de nuestros héroes, un poquito arriba de ellos claro está, el lugar que la Patria le tiene reservado a sus hombres más ilustres. Él siente que ya lo ocupa, y la anécdota, cierta o falsa, pero que para el caso aplica, cuenta que el gran matador de toros "el Califa de León", Rodolfo Bernal Gaona, cuando le preguntaron quien consideraba el mejor matador de toros del momento en México, contestó muy modestamente: "Pues para serle franco, después de mí naiden", aplica como anillo al dedo.

Él y solo él tiene la encomienda de transformar a México y para ello tiene el poder de santificar a todo aquel que se le somete y se convierte en un acólito de la 4T; no importa su pasado pecaminoso por haber sido de uñas largas o lo siga siendo, de padecer esa incontrolable ambición de enriquecerse a costillas del pueblo sabio y bueno. La encomienda es de tal envergadura que requiere un poder total y absoluto, nada ni nadie puede cuestionar, distraer al gran mexicano que se ha entregado con todo su ser para lograr tal encomienda. Con tal de lograr tal fin, dice que ha vencido a grandes adversarios, al innombrable, a la mafia del poder, a conservadores y fifís. El pueblo lo eligió porque él es y será el gran redentor. No lo distraigan con leyes a cumplir, son un estorbo que le impidan ser el grande entre los grandes.

No faltará alguno que cuestione quién le dio tal encomienda y le envistió de poderes más allá, mucho más allá de los de un presidente elegido democráticamente y los que emanan de nuestra Carta Magna.

Pues si no saben quién le dio tal encomienda quiere decir que aún no dimensionan a quién tenemos como Presidente. ¿Cómo que quién? ¿Y qué tiene que ver Nerón en todo esto que desde hace rato revolotea en mis pensamientos?