¡AH, QUE DON ARMANDO!
Hace días participé en una Convención en Guadalajara, donde Don Armando brilló como una estrella. Fue invitado como orador para contribuir al objetivo de la Empresa, que era: "Formar Equipos"; no fue el tema central, pero sí la conclusión de conferencias y actividades.
Pero lo auténtico de Don Armando, fue tejer su objetivo durante la charla, con chistes y ocurrencias ... Eso sí, ¡con un pulcro y cultivado lenguaje mexicano!
Lo que quedó en la mente de todos los asistentes fue ... "Nunca dejar de tomar café muy temprano por la mañana".
El hombre, gran editorialista de Saltillo y leído en diarios de toda la República, es émulo de su antecesor romano, nacido en el siglo III a.C. en Tusculum, Italia. Me refiero a Marco Porcio Catón, conocido como "Catón el Viejo". Este hombre fue como el Catón actual: el viejo fue un político igual que el Catón actual, que ha tenido el valor para pintar su raya en el actual régimen que nos gobierna.
Catón el Viejo, fue también escritor, igual que el Catón actual ... es su mayor mérito. Las letras hablan por él, no con la palabra sobada y conocida, sino con el ingenio de la palabra desconocida que contrasta con una vernácula grosería.
A todo el auditorio (de unos 500 asistentes) encantó, divirtió, iluminó y hasta sentenció, no hay mucha diferencia con el Viejo Catón ... Por eso se llama "Catón" ... el viejo Don Armando Fuentes Aguirre.