¿EXISTE EL INFIERNO?

La existencia del infierno es una verdad que la Iglesia siempre ha sostenido, que se deriva tanto de las Sagradas Escrituras como de la Tradición. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se afirma con certeza. El mismo Jesucristo lo menciona por boca propia, como consta en los Evangelios.
Sin embargo, hay una tendencia contemporánea, de corte modernista, que insiste en que el infierno es un invento de la Iglesia. Y esta idea se ha propagado aún en las más altas esferas de la jerarquía eclesiástica. Pero citaremos a tres de los exponentes de esta herejía (es herejía, en cuanto niega una de las verdades de la fe).
El primero de los exponentes es Juan Masiá, un teólogo y escritor jesuita español, amigo personal del anterior Superior General de los Jesuitas, el P. Adolfo Nicolás. Aunque no ha sido relegado oficialmente de la Iglesia, sí ha sido desautorizado para ciertos temas, que niegan buena parte de las verdades del catolicismo. Puede verse en la nota de INFOCATÓLICA que hace un recuento de sus posturas heterodoxas (heréticas), especialmente en el campo de la Moral, pero -para objeto de este pequeño artículo[1]- también niega la existencia del infierno. El Padre Bruno hace un recuento de 34 enseñanzas de la Iglesia que son negadas por Masiá; entre ellas: algunos milagros de Cristo, la Trinidad, la divinidad de Cristo y la virginidad de la Madre de Dios. Lo que parece increíble es que el P. Juan Masiá ha sido reprendido, pero nunca suspendido. Su idea del infierno[2] puede sintetizarse en que "no puede existir porque Dios perdona sin límite".
El segundo autor es José Ma. Castillo, un exjesuita escritor y teólogo, español, que perteneció a la Orden hasta 2007. También fue reprendido por sus erróneas enseñanzas (Wikipedia señala 14 de sus afirmaciones heterodoxas[3]). Debido a las frecuentes llamadas de atención de sus superiores, decidió dejar la Orden Jesuita "por motivos de higiene mental".
Castillo lo expresa claramente en su blog[4]: Si la palabra "infierno" se refiere a la condenación eterna, al fuego eterno y a toda esa jerga que, durante siglos, han usado machaconamente los curas en sus sermones para asustar y someter a la gente, entonces lo digo con toda seguridad: No existe el infierno. No puede existir. Porque si existe el infierno, entonces no puede existir Dios.
El tercer personaje que afirma que no existe el infierno es el exfranciscano Leonardo Boff. Este personaje es uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación, que surgió a raíz del Concilio Vaticano II, y que en su momento fue condenada por la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 1985 fue condenado a un año de "silencio" (suspensión "ad divinis") y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Estuvo a punto de ser silenciado de nuevo en 1992 por Roma, lo que finalmente le movió a dejar la orden franciscana. Más adelante se casó con una exmonja. Pero fue uno de los principales asesores de Francisco en la redacción de la Encíclica Laudato si.
Para Boff[5], el infierno es uno de los inventos de la Iglesia para asustar a los niños y para forzar a los fieles para que se portaran bien. Señala que es una creación del sistema clerical-capitalista, pero no existe.
Lo que observamos en común de estos tres personajes es que se trata de "teólogos" modernistas reconocidos por sus desviaciones doctrinales, que fueron sancionados en su momento, pero que siguen teniendo una presencia real dentro del marco teológico-doctrinal de la Iglesia actual. Ninguno de los tres ha sido condenado expresa y definitivamente por el Vaticano, a pesar de que sus herejías son más que evidentes.
Pasemos a revisar algunos puntos de la Doctrina de la Iglesia, sobre el tema:
En primer término, el Magisterio de la Iglesia tiene como un dogma fundamental que las Sagradas Escrituras y la Tradición de la Iglesia son las fuentes de la Revelación, son las aguas de las que se nutre toda la enseñanza de la Iglesia y los mandamientos de Dios. En ellas se contienen las verdades reveladas a los hombres. De la misma manera, aceptamos que la Biblia y las verdades contenidas en ella, son inspiradas por el Espíritu Santo; es decir, el autor de las Sagradas Escrituras es Dios. Y Dios no puede equivocarse.
Si sólo atendemos a este principio, entonces tenemos más de 160 citas en la Biblia que hacen referencia al infierno, tanto con este nombre, o bien con otros equivalentes (hades, gehena, valle de lamentos, etc.), y más de 70 fueron pronunciadas por el mismo Jesús. Algunas de ellas: y los arrojarán en el horno del fuego. Allí será el llanto y el crujir de dientes (Mt 13, 42); más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que tener dos ojos y ser arrojado al fuego del infierno: donde el gusano que los roe nunca muere, ni el fuego jamás se apaga (Mc. 9, 45-46); Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo, y sus ángeles: (Mt.25,41).
Si las Sagradas Escrituras lo dicen, y el mismo Jesucristo Nuestro Señor pronuncia estas palabras, entonces sólo caben dos posibilidades: o el Hijo de Dios se equivoca, o estos "teólogos" están en un grave error. No se requiere una repuesta a una pregunta obvia. De aquí se desprende otra conclusión. Estos "teólogos" no pueden ser católicos, pues han caído en herejía.
Segundo punto. Cuando Dios decidió dar al hombre el más grande tesoro de un alma racional e inmortal, nos dio la libertad, que de ella se desprende. Dios quería crear unos seres que le amaran voluntariamente, que no lo hicieran como autómatas. Entonces creó al hombre, a su imagen y semejanza. ¿Qué quiere decir que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza? Precisamente que lo creó con la capacidad de razonar, de tomar decisiones y de conocer lo bueno y lo malo.
Se sigue entonces, que quienes hacen la voluntad de Dios, no sólo le honran, sino que también recibirá el premio de la Gloria Eterna. En el plano moral, lo bueno se contrapone a lo malo; esto significa que quienes deciden no obedecerle, no recibirán el premio del Cielo, sino un castigo, y éste será eterno también. La historia de la rebelión de los ángeles ya la conocemos por las mismas Sagradas Escrituras, y sabemos cuál fue el desenlace, y a dónde fueron destinados los ángeles que siguieron a Luzbel, el arcángel rebelde.
Pero desde una perspectiva más humana y lógica, nos enfrentamos con el problema de la justicia. No es justo que a un estudiante que reprobó un examen por no estudiar, le asignen la máxima calificación, al igual que al que se pasó todo el año estudiando y preparándose para la evaluación final. Tampoco es justo que un "trabajador" que toda la jornada se la pasa escondido, durmiendo, reciba el mismo salario que el que tiene que esforzarse más para suplir lo que el otro no hizo. El buen estudiante y el buen jornalero merecen un reconocimiento por su esfuerzo y dedicación y, por el contrario, quienes decidieron no hacer lo que les correspondía, son merecedores de una reprimenda o un castigo. Es de justicia premiar al hombre bueno con el cielo, y el pecador que no se arrepiente, irá al infierno.
El argumento principal de estos "nuevos teólogos" es que Dios es bueno y, por lo tanto, ninguna de sus creaturas (hombres) pueden condenarse. Parece lógico, pero este razonamiento tiene muchas fallas: Primero, Jesucristo mismo habla de un castigo eterno; segundo, no considera el problema de la libertad y las decisiones que resultan de llevar una vida opuesta a la voluntad de Dios; y tercera, Dios es misericordioso, pero también es justo: ha puesto a nuestro alcance todos los medios para recobrar la gracia perdida por el pecado, y si el hombre no quiere reconciliarse con Él, es su decisión.
En pocas palabras, el hombre que persiste voluntariamente en el pecado, se condena a sí mismo, mientras el que se arrepiente y hace lo necesario para recuperar la gracia de Dios, recibirá su misericordia.
El infierno existe, pero a Satanás le interesa que creamos lo contrario.
[1] Bruno. 20 de diciembre de 2016. El P. Masiá lo niega todo. INFOCATÓLICA. Recuperado de: https://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1612200246-el-p-masia-lo-niega-todo
[2] RELIGIÓN DIGITAL. Conversaciones en Japón de Juan Masiá con el ex general jesuita, Adolfo Nicolás: "Debemos anunciar misericordia en vez de amenazar con el fuego eterno". Recuperado de: https://www.religiondigital.org/convivencia_de_religiones/Adolfo-Nicolas-Anunciar-misericordia-amenazar-jesuitas-Papa-infierno-japon_7_2173052682.html
[3] Wikipedia. José María Castillo Sánchez. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Castillo_S%C3%A1nchez#:~:text=Jos%C3%A9%20Mar%C3%ADa%20Castillo%20S%C3%A1nchez%20(Puebla,Compa%C3%B1%C3%ADa%20de%20Jes%C3%BAs%20hasta%202007.
[4] Castillo, J. M. 25 de mayo de 2018. ¿Existe el infierno? RELIGIÓN DIGITAL. Recuperado de: https://www.religiondigital.org/teologia_sin_censura/Existe-infierno_7_2015568451.html
[5] Leonardo Boff. 20 de octubre de 2022. El miedo en tiempos de campaña. Desatanizar a Satán o Diablo. RELIGIÓN DIGITAL. Recuperado de:
https://www.religiondigital.org/leonardo_boff-_la_fuerza_de_los_pequenos/Desatanizar-Satan-Diablo_7_2498220159.html