EL VERDADERO GUADALUPANISMO
EL VERDADERO GUADALUPANISMO
En estos tiempos consideran el Acontecimiento Guadalupano, nada más como un fenómenos social y religioso, algo así como una faceta más de las tradiciones y costumbres mexicanas. Sin embargo, algunos lo ven como algo pernicioso que explota la fe popular, basándose en una triquiñuela histórica, descalificando su origen y echando abajo la verdad sobre su origen sobrenatural y permanencia.
Estos enemigos embozados en el poder desde hace más de 200 años, no han podido negar la influencia espiritual de la Virgen de Guadalupe, ni han podido desmontar su influencia en la fe y la cultura mexicana. Ahora, la quieren reducir a un códice al que hay que interpretar de acuerdo con la concepción histórica sólo del pueblo azteca (por cierto, cuando en aquel tiempo coexistían en el territorio nacional más de 200 pueblos y varias etnias con sus respectivos dialectos, más de cien). La quieren hacer ver como una representación indígena de los pueblos mesoamericanos, atribuyéndole exclusivamente características acordes a la simbología de sus signos. La Virgen de Guadalupe es mil veces más que símbolos; es la excelsa Madre del Dios verdadero.
Además, la Virgen de Guadalupe, no es indígena, sino una graciosa mestiza, y su amor y protección se extienden a todos los mexicanos, indios o mestizos y, más aún, allende las fronteras; no en balde fue nombrada "Emperatriz de América".
Para los incrédulos o algunos irrespetuosos "cristianos", la Mujer de la Imagen del Tepeyac es sólo una pintura humana, sin tener en cuenta el portentoso milagro de sus Apariciones. Dios no hizo cosa igual con ninguna otra nación. Pintó Dios con su pincel divino los rasgos de Guadalupe con los que serían de los mexicanos, y nos fue dada como protección e Intercesora directa entre el pueblo mexicano y su divino Hijo… ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Desconocer el portento divino y atribuírselo a un grupo de evangelizadores "manipuladores" que "mandaron pintar la Imagen con un pintor indígena, un tal "Marcos Cipac Aquino", resulta verdaderamente absurdo. Hasta hoy, ni los antiguadalupanos han dado la menor evidencia de que esto haya sucedido. Lamentablemente, algunos ingenuos creen en ésta y otras ocurrencias y disparates que se difunden digitalmente. Pero, las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, al que dolosamente llaman "mito", sigue cobrando fuerza en el alma y corazón de los mexicanos.
Es inaudito que aun algunos católicos pongan en duda un milagro de esta magnitud. No es cualquier cosa que Dios nos entregara como prenda nuestra la Imagen de su Santísima Madre.
En el año 2031, en seis años, estaremos celebrando, D. M. los 500 años del Milagro Guadalupano. La sobrevivencia de la Imagen estampada sobre el Ayate del indio Juan Diego es un gran prodigio en favor de los mexicanos.
La parte oficial o postura del gobierno, apenas consumada la Independencia y al arribo de los liberales, es la de menospreciar y/o negar todo lo referente a la verdad y culto, especialmente al católico y guadalupano. No se vale denostar su Imagen y su historia; no entienden la magnitud de su desacato. En lugar de combatirla, debieran de tomar el estandarte de la Madre de Dios y todo les irá de maravilla. Ella es real, ella vive en nosotros y nos ayuda a superar los embates de nuestras problemas familiares o nacionales.
¡Cree y espera con devoción y alegría, los 500 años del Milagro Guadalupano!