EL TRABAJO Y LA MUSA

EL TRABAJO Y LA MUSA

Hoy me reuní con mi musa; fue un encuentro oficial, ya que sabemos que ella siempre está cerca de mí. Fue para hacer un repaso de las tareas encomendadas y obtener una aprobación de su parte.

Fue un encuentro maravilloso; cada día se manifiesta como más corpórea, casi la puedo tocar ... es fantástica, tiene una mirada entre triste e inteligente, pero lo que más me asombra es la dulzura con que me mira.

No me la creo ... ¿cómo un simple mortal que escribe y hace versos ... es sujeto de su atención? ... Ella insiste en que el cariño nace del amor que tengo a mi trabajo y me convence de esa verdad.

Le comento, que para tener facilidad para escribir, ha bastado su mirar, porque yo tengo muy poco talento. Ella insiste que siga con el afán de agradarla, que es lo que toma en cuenta.

El amor al oficio es una bendición, ya que despierta en mi musa, más reconocimiento del que espero.

Señores, queridos lectores: ¡amen sus trabajos como aman a Dios! ... Recuerden que es el medio que nos dio para santificarnos ... por medio de él, podemos salvarnos, sólo basta dedicárselos a Él, día a día ... Y al final de nuestra jornada, nuestra musa presentará al infinito, toda la ternura y cariño con el cual nos condujo por la vida ... entre ellos, nuestro trabajo.