EL JUSTO MEDIO

EL JUSTO MEDIO

La teoría aristotélica de la virtud como justo medio, ha tenido una enorme influencia en la historia de la filosofía. Esta propuesta tan original fue practicada por muchos hombres y hombres santos; como San Ignacio de Loyola, que busca el equilibrio y la moderación en todas las acciones y decisiones buscando siempre, la Gloria de Dios y el bien común.

Este concepto central en la ética de Aristóteles se refiere a la posición intermedia entre dos extremos: uno por exceso y otro por defecto … ¡No es simple medida aritmética, sino una posición que depende de la situación de la persona que actúa! … Cada virtud moral, es un justo medio entre dos vicios: uno por exceso y otro por defecto.

El justo medio nos lleva a la prudencia y la razón, la prudencia nos permite encontrar el justo medio y la razón, nos guía a elegir la acción correcta para no desviarse a los extremos.

Esta búsqueda del justo medio implica buscar el equilibrio en las emociones, las acciones y la vida en general. Evitar los extremos y encontrar la medida correcta nos conduce a una vida virtuosa.

En el arte, siempre se busca un punto medio entre lo tradicional y lo moderno. Es llamado también la "medida dorada", utilizado por el Pacto Romano de Quinto Horacio Flaco, en el siglo I a.C., en la forma latina aurea mediocritas.

Esta profunda reflexión de Aristóteles, resuena con fuerza en nuestro momento histórico, en el ambiente globalizado: la velocidad de la vida se ha desdibujado, la natural mediación desplazada por la inmediatez de un mundo tecnificado, que ha caído en los extremos viciosos del exceso y el defecto. Aristóteles identificó el "penduleando", porque ignoramos el enorme valor que tiene el tomar perspectiva y ubicarnos en el "Justo Medio"

Tomemos como ejemplo la valentía, que sería el justo medio entre la temeridad y la cobardía.

Así es, como expresa el dicho popular … Ni mucho que queme al Santo, ni tan poco que no lo alumbre.

Claro que el "justo medio" sólo aplica a las Virtudes Cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza). En las Virtudes Teologales, "el justo medio" no aplica porque su objeto y su fin son el mismo Dios, cuya esencia perfectísima carece de extremos o defecto alguno.