EL CINE Y EL OLVIDO DEL CÓDIGO HAYS

EL CINE Y EL OLVIDO DEL CÓDIGO HAYS

El Código Hays: William Harrison Hays. Sr. (1879-1954) fue quien dio nombre al Código Hays, que dio la guía para la censura de películas americanas. Hays fue Presidente del Comité Nacional Republicano (1918-1921) y Director general de Correos de Estados Unidos.

Nació en el Condado de Sullivan (indiana) y director de la exitosa campaña para la presidencia de Estados Unidos de América en las elecciones presidenciales de 1920.

Fue el primer Presidente de la MPPDA (Asociación de Productores y Distribuidores de Cine en América) de los estudios de Hollywood hasta 1945.

El código Hays enumeraba tres principios generales:

1) No se producirá ninguna película que rebaje los principios morales de aquellos que la vean. Por consiguiente, nunca se debe dirigir la simpatía del público hacía el lado del crimen, el mal o el pecado.

2) Se presentarán los principios de vida correctos, sujetos solamente a los requisitos del drama y el entrenamiento.

3) La ley, natural o humana, no será ridiculizada, ni se creará simpatía hacia su violación.

Además, se detallaban más aplicaciones particulares a estos principios:

  • La desnudez y los bailes sugestivos estaban prohibidos.
  • La ridiculización de la religión estaba vedada.
  • La representación del consumo de drogas no estaba permitida, así como el consumo de licor.
  • Los métodos del crimen o el incendiarismo y el contrabando no se podían presentar.
  • Las referencias a presuntas perversiones sexuales y las enfermedades venéreas estaban prohibidas.
  • La sección del idioma prohibía varias palabras consideradas ofensivas.
  • Las escenas de asesinato tenían que ser filmadas de manera que desalentasen las imitaciones en la vida real.
  • La venganza no se justificaba.
  • La santidad del matrimonio y del hogar tenía que mantenerse.
  • Las películas no deberán inferir que las formas bajas de relaciones sexuales son aceptadas o comunes.
  • El adulterio y el sexo ilícito, aunque necesario para el argumento, no deben ser explicitados o justificados.
  • Las escenas de pasión estaban limitadas a menos que fueron necesarios para el argumento.
  • Los besos excesivos y lascivos tenían que ser evitados.
  • La bandera de los Estados Unidos debía ser tratada respetuosamente.
  • La vulgaridad, temas bajos, vergonzosos y desagradables, debían ser tratados bajo los dictados del buen gusto.
  • La pena de muerte, la tortura, la crueldad con niños y animales, la prostitución y las operaciones quirúrgicas debían que ser tratadas con sensibilidad.
  • Los Ministros del culto no serían mostrados nunca bajo un aspecto cómico o crapuloso.

Los Sacerdotes, los Pastores y Religiosas nunca podrían mostrar ser capaces de un crimen o de un grupo impuro.

  • Las blasfemias intencionales y todo propósito irreverente o vulgar estaban prohibidos bajo todas sus formas. Cristo no era tema para una comedia. Iguales reglas regirán en lo que atañe a la Santa Virgen.
  • El carácter sagrado de la institución del matrimonio y del hogar sería mantenido. Los filmes no dejarán suponer que formas groseras de relación sexual eran cosa frecuente o reconocida.
  • El adulterio y todo comportamiento sexual ilícito, no debían ser objeto de una demostración demasiado precisa.
  • Las perversiones sexuales y toda alusión a éstos, estaba prohibida.

Hasta aquí un resumen muy breve del Código Hays, que reguló el cine producido en Hollywood durante más de 24 años, en una línea de honestidad y decencia.

Todo esto viene a colación al cumplirse 100 años de haber sido implementado el Código Hays, que frenó en décadas el actual estado moral de la sociedad.

Ahora nos quejamos en el cine de la pérdida de valores, de la deshonestidad de la moda, del lenguaje de la juventud, de la falta de respeto a las instituciones políticas y religiosas.

Pero Hays tuvo que luchar en su época con un monstruo similar; tuvo que enfrentar la Literatura Pulp, que distribuía en forma económica el esoterismo y la violencia o sea el sexo, las drogas, el ocultismo y la violencia. Es el tiempo del surgimiento del Comic, las revistas para "caballeros" y la fotografía erótica, tan popular durante la Segunda Guerra Mundial.

El nacimiento de los Sex Símbolos que, con una faceta de glamour, coquetería e ingenuidad sedujeron al público, de donde surgio la "Cultura Americana" y el "Ameriacan Way of Life", de donde aparecen los hipster's y los greasers, denominada generación "Beat".

Tuvo que lidiar también con la introducción del Gnosticismo o espiritualidad alternativa que chocaba con la personalidad puritana del pueblo de los Estados Unidos.

A su muerte en 1945, ya se brincaban las trancas al esparcir la pornografía con calidad de arte, con el argumento que el sexo es diferente a lo obsceno, hasta llegar al estado actual de decadencia y desparpajo moral impulsado por el feminismo radical y la ideología de género.

De este tiempo al presente, la pornografía ha hecho "su agosto", ya que, con la proliferación de la tecnología en la comunicación, el acceso a la pornografía se amplió desmesuradamente.

Tal parece que, a los promotores del Nuevo Orden Mundial, la pornografía es el medio más eficaz de pervertir a los ciudadanos ya que ésta es una espiral que rápidamente hace perder los valores que te han inculcado en familia durante un período de formación cristiana, y basta una experiencia pornográfica para que pierdas el decoro y todos los valores acumulados. Ellos lo saben y la promueven ya que está fincada en los instintos más bajos del ser humano; cuando te atrapa es difícil salir de sus garras.

En un estudio elaborado en Inglaterra en los años setenta del siglo XX, referente a la homosexualidad, por parte de un grupo interdisciplinario, llegaron a la conclusión que la pornografía en la ciudad de Londres era de tal dimensión que irremediablemente te conducía a la homosexualidad, ya que contaban con un porcentaje de más del 50% de hombres adultos que adolecían de este vicio.

Desde la Revolución Sexual de los años sesenta y la desregulación del Cine, los temas lascivos, el sexo explícito, el desnudo, el crimen, la violencia y las drogas, el alcohol el tabaco, la bisexualidad y el masoquismo, han producido una cultura sexualizada al debilitarse el Código Hays de 1921. Además, que el Cine está protegido por la Primera Enmienda en los Estados Unidos.

La libertad de expresión ha sido fortalecida para dar entrada a un cambio de los ideales matrimoniales; la castidad y el recato fueron sustituidos por otros temas volátiles como el sexo y la irresponsabilidad, consecuencia de la revolución sexual de los setenta.

El auge del Antropocentrismo renacentista, el Relativismo filosófico, el Racionalismo, el Materialismo, el Socialismo y el Marxismo, han promovido la muerte de los valores cristianos ya que no existe una Moral sin religión... pero sí una Moral de Estado sin religión.

¡Necesitamos otro Código Hays! ¡Necesitamos proteger a nuestros hijos de la influencia devastadora de la pornografía, que se cuela por las rendijas de la tecnología!

SAPIENTIA LDI 

EDITORIAL