DE LA SATURNALIA... ¡A LA NAVIDAD!

DE LA SATURNALIA... ¡A LA NAVIDAD!     

En la Antigua Roma, antes de que se celebrara la Navidad, se llevaba a cabo la fiesta de la Saturnalia, entre el 17 y el 24 de diciembre. Durante estos días se honraba a Saturno, dios de la agricultura, con grandes banquetes y se intercambiaban regalos a las personas queridas. Los niños recibían muñecos de arcilla y se intercambiaban pasteles y dulces hechos en casa.

Los regalos más comunes entre las clases eran las velas que se conservaban a lo largo del año para invocar al Nuevo Sol, conocido como "Sol Invictus".

Con la cristianización del Imperio Romano, estas tradiciones fueron convirtiéndose en parte de las celebraciones de Navidad, que simbolizaban los deseos de luz y color, y el regalar dulces ha sido considerada como una manera de asegurar el dulzor especial por el Nuevo Año.

Hubo otra gran fiesta entre los pueblos nórdicos de Escandinavia, que constituía un antiguo festival: la gran fiesta de "Yule". Entre las tradiciones nórdicas se adoptaron la ceremonia de "El Tronco de Yule", en el que se utilizaban decoraciones verdes en las casas, y que, combinadas con la Saturnalia, fincaron las bases para los festejos cristianos de la Navidad.

De esta forma, el festejo del Sol Invictus y el Tronco de Yule, coincidían durante el Solsticio de Invierno, con el Nacimiento del Redentor.

Con el tiempo, las tradiciones y costumbres del paganismo se incorporaron a la Navidad, y de ahí viene la costumbre de dar regalos a los niños, familiares y amigos, y la Cena o Banquete de Noche Buena, los buenos deseos de prosperidad para el Ano Nuevo y, en fin, todos los festejos de la época de la Navidad.

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL