CARTA AL NIÑO DIOS

CARTA AL NIÑO DIOS

Andrea es una niña de nueve años. Nació en un barrio complicado, donde las drogas y la delincuencia están al orden del día. Ver tan de cerca todos estos problemas sociales, la sensibilizaron para comprender que Dios no está en la vida de todos aquellos que se dejan ir por el camino fácil de los vicios o del mal.

Ella asiste con regularidad a su catecismo, donde escucha atenta cada clase sobre las cosas de Dios y las enseñanzas que Él predicó. En su última clase, Andrea realizó su carta al Niño Dios, y con toda la ilusión del mundo, escribió algunos de sus deseos para esta Navidad que se avecina, y en la cual expresaba:

¡Hola, Niñito Jesús … estas escuchando! … te quiero decir, que te quiero y que tengo fe en que existes, hay algunos que no creen que existes como los que toman mucho, los que se drogan y los que roban…

Su maestra tomó su carta con cariño y la hizo llegar junto con otras cartas, a diferentes destinos, esperando que Andrea sea complacida, y que la persona que la apadrine, le compren el turista, el juego de química y unos tenis color rosa con morado que pidió.

Esta es una de las miles de historias verídicas de pequeños que desean algún juguete como regalo, la diferencia con Andrea, es que aparte de eso, está disponiendo, quizá sin saberlo, su alma y su corazón para que el Niño Dios nazca en ella, lo que nos hace reflexionar en lo siguiente:

Que alma tan bonita y que fe tan fuerte de Andrea, que, a pesar de vivir en un entorno peligroso, ella sigue teniendo a Dios presente en su vida. Y nosotros que "vivimos una vida bien" ¿qué tanto hacemos partícipe a Dios como centro de nuestras actividades?

Qué importante es educar y formar a los niños en la fe. Si Andrea no fuera al catecismo, quizá no pensaría igual. Recordemos que ir la escuela y hacer las tareas, forman el intelecto, y el catecismo forma la voluntad, el intelecto y también dispone tu corazón. Como dice el dicho: "No se puede amar algo que no se conoce" y que mejor forma de conocer y amar a Dios, que aprendiendo y aplicando lo que Él mismo vino y enseñó … su santa doctrina.

Que mejor época del año que la Navidad, para demostrarle al Niño Dios que deseamos que verdaderamente nazca, se quede y reine en nuestro corazón, con penitencia y actos de caridad como lo es dar sin esperar nada a cambio, y deseando el bien a todos, sin juzgar.

¡Feliz y Santa Navidad a Andrea y a todos los niños que esperan que el Niño Dios lea sus cartas y les cumpla sus deseos!