AURIGA VIRTUTUM

AURIGA VIRTUTUM

¿Qué es esto de la "Auriga Virtutum"?

Es la virtud que guía directamente el juicio de la conciencia y que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien, elige los medios rectos para realizarlo y conduce las otras virtudes indicándoles regla y medida... Es conocida como la PRUDENCIA.

En la tradición filosófica clásica es donde descansa toda moral humana y son principios de otras virtudes derivadas.

La palabra "Virtud", viene del latín "vir" o "varón", que a su vez viene de "vis", y se puede definir como "fuerza propia del hombre"; por su parte, "Auriga", en latín, significa "conductor de carros de caballos" ... Así que la "Auriga Virtutum" es la Virtud que debe conducir nuestros actos y palabras. La Prudencia junto a la Fortaleza, la Justicia y la Templanza con conocidas como Virtudes Cardinales o como las 4 Virtudes Morales de Conducta.

En esta ocasión hablaremos solamente de la Prudencia, que no es otra cosa que un comportamiento orientado a la felicidad, actuando de una forma justa, adecuada y con moderación. Es conocida por los escolásticos como "Recta Ratio Factibilum".

La característica de la Prudencia es la de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro y literal, cauteloso y adecuado, respetando los sentimientos, la vida y las libertades, actuando con precaución para evitar posibles y daños.

Aristóteles la definió como la "regla recta de la acción" (no hay que confundirla con el doblez o temor, disimulación o timidez). La "Ética Nicomaquea" o "Ética a Nicómaco" es la disertación más conocida sobre Ética escrita en el siglo IV a. C. y constituye el tratado primigenio sobre Ética o Moral de la Filosofía Occidental. Es una disertación ene l Liceo dedicado a su hijo Nicómaco.

La Prudencia está por encima de las virtudes inferiores como son "deliberar bien" y el "discernimiento".

Toda esta herencia sobre la Ética la adoptó el Cristianismo. Santo Tomás de Aquino, siguiendo a Aristóteles dice que la "Prudencia es la regla recta de la acción". En el ámbito cotidiano, siempre es recomendable aplicar la Prudencia para relacionarnos con los demás, teniendo presente las circunstancias de prójimo, del momento y del lugar, para no provocar un daño moral más acentuado del que ya carga cada uno.

Es sin duda una virtud que se convierte en un hábito operativo benéfico para actuar conforme a la recta razón. Y tan valiosa es la Prudencia, que algunos la han considerado la "Virtud de los Sabios" ... ¡Decidamos, hablemos y obremos prudentemente!

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL