¡A LA FLOR MÁS HERMOSA!
¡A LA FLOR MÁS HERMOSA!
Después del Nacimiento del Niño Jesús, el día más hermoso para Dios, fue un día como hoy, 8 de septiembre, en el que vio nacer en estas tierras áridas por la sequía del pecado, a la Flor más bella que nunca haya existido; la Mujer más hermosa, más bondadosa, más sabia y amorosa: la Santísima Virgen María, la "Bendita entre todas las mujeres".
¡Con cuanta impaciencia esperó la Santísima Trinidad ver a su Hija Predilecta, a su Dulcísima Madre y a su Esposa Amantísima para celebrar su natalicio en los Cielos y en la Tierra! Cantaron loores las cortes celestiales al saberla Inmaculada y la contemplaron como la "Llena de Gracia" pero, seguramente, lo que más enamoró a su Creador, fue el Fiat que, años más tarde, pronunciaría María Santísima en su cristalina pureza como virgen. ¡Qué Flor más bella! Pero cuánta más belleza desplegó cuando sus pétalos se abrieron para abrigar en su seno al Hijo de Dios, a Cristo, el Maestro, el Ungido, el Mesías.
Fue después de 33 años cuando, como Corredentora, al acompañar a su Hijo por el amargo camino de su Pasión y Muerte, esta Flor irradió todo su esplendor cuando sus lágrimas de dolor fueron el rocío que la engalanó.
¡Oh, Madre mía, Sagrada Virgen María! ... Bendito y dichoso el día en que naciste, no sólo por enseñarnos a estar al pie de la Cruz, junto a Nuestro Señor Jesucristo, sino porque Tú misma eres el Modelo perfecto de Mujer y por quien Dios se había enamorado desde la eternidad.
María Santísima, cuyo santo Nombre pronto veneraremos, permítenos a todas las mujeres de hoy, conocer más de tu Inmaculado y Maternal Corazón, para que nos inspires a imitar las virtudes que te hicieron Excelsa: pureza y humildad.
¡María Santísima, Tú eres la plenitud de Mujer a la que todas aspiramos!