¡SÉ DISCIPLINADO!
Cualidades versus Virtudes
¡SÉ DISCIPLINADO!
La Disciplina es una Virtud Moral para desarrollar la capacidad de llevar una vida ordenada de acuerdo a nuestros principios, deberes, objetivos y necesidades, que nos dará orden y constancia en la ejecución de tareas y actividades para el diario vivir, en observancia de las normas de un sano comportamiento social.
La Disciplina se adquiere desde la más temprana infancia en el hogar, para que los niños comprendan aspectos como establecer horarios para irse a la cama, para comer, hábitos de aseo personal y la conducta en el hogar y fuera de él. Después, el niño recibe la disciplina escolar, donde aprende cómo relacionarse con sus iguales y sus superiores. Adquiere el código que impone la escuela para asegurar la convivencia, el orden y el funcionamiento de la institución.
Esta palabra proviene del latín <discipulus>, que significa imponer un orden necesario.
El valor de la Disciplina, entendida como un rasgo positivo del individuo, se traduce en la capacidad de recibir instrucciones para obedecer a un sistema lógico de hacer las cosas, de acuerdo a un método o código o del modo correcto de hacer las cosas.
Se habla de Disciplina en diversos ambientes como el familiar, el militar, o el escolar. De su significado original se deriva la consideración de "Disciplina" como un conjunto ordenado, estructurado, metódico de saberes. Lo mismo puede decirse de los deportes o incluso de algunas formas de arte. Sin embargo, en ciertos momentos, la Disciplina puede tomarse como algo negativo, cuando se convierte en sinónimo de censura, de acatamiento de las órdenes de un superior. En siglos pasados se empleó la palabra "Disciplina" para referirse al castigo físico que se ejercía sobre niños en una familia.
Por otro lado, cuando un individuo es capaz de imponerse a sí mismo un método y seguirlo al pie de la letra, se le considera como autodisciplinado. Recuerda que un trabajador disciplinado será todo aquel que obedezca a un método de trabajo sin distracciones, grandes resultados y constancia en el hacer.
El más trascendente de los conceptos de "Disciplina" es aquél que atañe a "nuestro compromiso con Dios". También esta relación tiene una disciplina, sobre todo en la oración. Toda disciplina forma un hábito; un acto bueno, si lo haces por algunas semanas, crea el hábito... Es recomendable tener tiempo para relacionarte con Dios y mejor aún si lo haces con algún método. Los grandes orantes han desarrollado estos códigos para todo tipo de temperamento. Busca el que te acomode y sé disciplinado en tu oración con Nuestro Señor.
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL