Misterios, Milagros, y bellezas de la Pascua

25.05.2022

Misterio de la Fe: El Domingo, día de la Creación.. Día para la Pascua..!

§ "el Hijo de Dios quiso escoger el Domingo con preferencia a los demás días de la semana, para triunfar de la muerte y proclamar la Vida. .. No podía mostrar más enérgicamente que toda la Creación se renueva en la Pascua sino inaugurando , abriendo en su Persona la inmortalidad al hombre el mismo día en que había sacado la luz de la nada....Digno recuerdo y homenaje a Aquel que, siendo el Esplendor Eterno del Padre, se dignó decirnos: «Yo soy la Luz del mundo».

§ Por ello y otras razones emparentadas, el color del periodo litúrgico es el blanco,.. color pues, de la Luz Eterna,.. luz sin sombra ni manchas,.. luz de la santidad!..De hecho es de notar que en las Letanías de los Santos, la Sabiduría de la Iglesia da a la Resurrección el calificativo de "Santa": Per sanctam Resurrectionem tuam..-"Por tu santa Resurrección"... líbranos Señor!".

Y sí!,.. si hay un estado del alma que sea el mejor representado o simbolizado por la Resurrección: es la Santidad!: lo explica un maestro de la vida espiritual-Dom Marmion, Benedictino, Padre espiritual no solo de muchos fervientes monjes más de innumerables seglares, almas iluminadas y dirigidas por él: "Así como la Conversión implica la separación y alejamiento del pecado y de todo lo que nos lleva a él (vicios, tentaciones, ocasiones) y la retoma de una nueva Vida, -la de la Gracia-.. así la Resurrección fue para Jesucristo, el Nuevo Adán, separación definitiva del cuerpo de muerte (en el que Él hizo morir el Pecado sobre la Cruz),.. y en el que destruyó la muerte, -consecuencia del pecado- con su Resurrección..

Y de hecho Él ya no retomó su mismo Cuerpo mortal mas aquel espiritualizado,.. puesto que rebosante de santidad!.. con el que ascenderá y reinará dentro de poco en la Gloria del Cielo. Él, desde su santa Resurrección, vive una nueva vida, una vida toda en Dios!.: la Santidad!..y así con El, nosotros..

§ Y la Resurrección tiene capital importancia no solo al nivel espiritual-personal. La naciente Cristiandad y sus Pastores, los sucesores del Colegio apostólico, comprendieron el valor único del evento histórico de la Resurrección como fundamento de la Fe.. por lo tanto de la verdadera Iglesia de Jesucristo.. y con Ella, por lo tanto igualmente, de la Primacía en su gobierno. Pobres pasiones humanas que Satanás siempre utiliza, aviva para engañar, perder a los Elegidos...

Por lo que desde aquellos tiempos y como consecuencia sobre todo (aunque hay que reconocer que hubo también errores de cálculos astronómicos para determinar la fecha exacta del equinoccio de primavera, y con ello, el plenilunio del mes de Nissan y Pascua Hebrea) de las ambigüedades inevitables generadas por la convivencia entre los primeros convertidos al cristianismo (muchos de ellos cristianos judaizantes), y otros recién convertidos (no judaizantes que ya comprendían el riesgo y peligro de un retorno a la religión mosaica), nacieron controversias y aun disputas en torno a la fecha en que debía celebrarse la recurrencia de la Pascua cada año. Fue una larguísima disputa que, por increíble que parezca, desgarró la Cristiandad hasta entonces conocida.

Al no haber acuerdo en la fecha de celebrar la Pascua, ciertas Regiones la celebraban con diferencia de incluso algún mes y más con respecto a otras regiones cristianas: los ortodoxos cismáticos, aun en nuestros días la celebran un mes y más aún después que el Rito y calendario Romano.

En tal situación seriamente dañosa no solo para la unidad disciplinar más doctrina de la Iglesia, Dios tuvo a bien intervenir milagrosamente en diversos lugares y tiempos para señalar en manera maravillosa cuál era la fecha acertada de la Pascua en un año dado y contribuir así a iluminar los Pueblos y ayudarlos a reencontrar la unidad del Rito, del culto.. pues, de la Fe.. He aquí, las crónicas registradas de esos hechos y que investigados, nunca tuvieron explicación humana:

"Pascasino, obispo de Lilibea en Sicilia, atestigua en carta dirigida a San León Magno en 444, que, en el pontificado de San Zósimo, siendo cónsul Honorio por undécima vez y Constancio por la segunda, una intervención celestial vino a revelar el auténtico día de la Pascua en una población humilde y religiosa. En un paraje olvidado de Sicilia se escondía entre montañas inaccesibles y espesos bosques una aldea llamada Meltina. Su Iglesia era de las más pobres, pero Dios se abajó hasta ella en su bondad; porque cada año, durante la Noche Pascual, en el momento en que el sacerdote se dirigía hacia el baptisterio para bendecir el agua, la fuente sagrada se encontraba milagrosamente llena, sin que hubiese ningún canal, ni otra fuente próxima que la alimentase. Terminada 1& administración del bautismo, el agua desaparecía por sí misma y la pila quedaba seca.

Ahora bien, en el año referido sucedió que, habiéndose reunido el pueblo durante la noche que, engañado por un falso cómputo, se figuraba era la de Pascua, cuando, acabada la lectura de las profecías, el sacerdote fue con sus fieles al baptisterio, se vio la pila seca sin agua. Los catecúmenos esperaron en vano la presencia del líquido por el cual se les debía conferir la Regeneración, y se retiraron al amanecer del día. El 22 de abril siguiente, el diez antes de las calendas de mayo, la fuente apareció llena hasta los bordes, atestiguando que este día era la verdadera Pascua para aquel año.

Casiodoro, escribiendo en nombre del rey Atalarico, a un personaje llamado Severo, refiere otro prodigio que se efectuaba anualmente con fin idéntico, la noche de Pascua, en Lucania, cerca de la pequeña isla de Leucotea, en un lugar llamado Marcilianum. Había allí una gran fuente que se había escogido para la administración del bautismo en la noche de Pascua. Apenas el sacerdote había comenzado las solemnes preces de la bendición debajo de la bóveda natural que cubría dicha fuente, cuando el agua, como queriendo tener parte en los transportes de la alegría pascual, creció en el estanque; de manera que si antes se elevaba hasta la quinta grada, ahora se la veía subir hasta la séptima, como anticipándose a las maravillas de la Gracia, de que ella iba a ser instrumento; mostrando Dios de este modo que la misma naturaleza insensible puede asociarse, cuando él lo permite, a las santas alegrías del más grande de los días del año.

San Gregorio de Tours habla de una fuente que existía en su tiempo en cierta iglesia de Andalucía, en un lugar llamado Osen, en la que ocurría un hecho milagroso que servía también para comprobar el verdadero día de Pascua. Todos los años el obispo se dirigía con su pueblo a esta iglesia el Jueves santo. El seno de la fuente tenía forma de cruz y estaba adornado de mosaicos. Se comprobaba si estaba enteramente seca; y después de algunas preces todos salían de la iglesia, y el obispo cancelaba la puerta con su sello. El Sábado santo el obispo volvía rodeado de su pueblo; se abrían las puertas después de haber verificado la integridad del sello, y, al entrar en el recinto sagrado, contemplaban la fuente colmada de agua hasta por encima de la superficie del suelo, sin que jamás se desbordase. El obispo pronunciaba los exorcismos sobre aquella agua milagrosa y derramaba sobre ella el crisma. Luego se bautizaba a los catecúmenos; y, cuando el sacramento había sido conferido a todos, el agua desaparecía inmediatamente, sin que se supiese adonde se iba. Los cristianos de Oriente también fueron testigos de prodigios semejantes". (Extractos del "Año Litúrgico" de Dom Gueranger)

La santa Pascua es Única!. Y por ello los cantos de alegría y los regocijos se extiende por 50 días hasta su cumplimiento y consumación con el otro glorioso día, el de Pentecostés.

Sepamos marcar modesta, mas sentidamente nuestra Fiesta de las Fiestas.. Recordémonos que estamos compartiendo la alegría sin límites de Jesús Salvador humillado, desfigurado, deshecho.. muerto.. pero.. vuelto a la Vida y a su Gloria sin fin!.. y nosotros también por El y con El! Veamoslo, contemplémoslo en su nueva Eterna belleza.. no podremos no seguirlo..! y que así sea!.. 

Hasta la próxima Capsulita: S. M. in Sanguine Christo