¿BLANCA NAVIDAD?...

08.12.2022

¡Qué ternura nos produce escuchar la melodía "¡Oh, Blanca Navidad!" De inmediato nos hace pensar en los más puros y nobles sentimientos del corazón humano: la caridad, la compasión, la gratitud, la alegría, etc., pero, sobre todo, nos hace recordar que la Navidad sería maravillosa si nuestro corazón llegase el 25 de diciembre tan limpio, tan radiante, tan hermoso, tan sano, que pudiera hacer saltar de gozo al Corazoncito del Niño Jesús.

¿Será que todos los que decimos seguir a Cristo, es decir, los cristianos, los católicos, tenemos los corazones níveos, libres de ofensas a Nuestro Señor? ¿Será que nos estamos preparando en este tiempo de Adviento para arrepentirnos de nuestros pecados y tratar de pagarle a Dios aunque sea parte de lo mucho que le debemos?...

Sé que no bastan los escasos días de Adviento para ser otros, más buenos, más santos, pero sí podemos empezar con lo primero: reconociendo que somos pecadores y que necesitamos del Redentor, del único que puede liberarnos de las cadenas que nos atan al pecado. Si reconocemos que nosotros solos no podremos vencer el peso del egoísmo, de la avaricia, de la lujuria, de la ira, de la gula, de la envidia, de la pereza, de la mentira, del hurto, de la malicia, de las secretas y públicas adicciones, y que necesitamos de la Gracia de Dios, entonces habremos hecho el primer paso: reconocer que tenemos sucia nuestra alma y que debemos limpiarla.

Más las buenas intenciones no bastan. En este Adviento, acércate compungido a un buen Confesor, quien, en representación de Cristo Misericordioso, te perdonará todos tus pecados por horribles que sean, si a tu arrepentimiento unes tu voluntad de no recaer en ellos.

Mantén limpia tu alma entre Misas, Rosarios y dulces Villancicos, con el deseo ferviente de recibir la Santa Comunión en Nochebuena para que de verdad el Niñito Jesús nazca en tu corazón. ¡Que la Navidad de 2022 sea blanca y el inicio de la una vida más cercana a Dios y con menos ataduras al mundo!

Dios mediante pasará otro año más de nuestra vida, por pura bondad de Dios y... ¿seremos igual de terrenales que los años pasados?...

Demos un salto hacia arriba para desprendernos cada vez más de esta tierra pues quizá pronto la dejemos.

Ten por seguro que, haber vivido muchas blancas Navidades, podrá alcanzarnos más fácilmente el Cielo. ¡Vive hoy una Blanca Navidad!